jueves, 24 de junio de 2010

Visión Antü



Hoy: 1º de mayo

El domingo recién pasado se llevó a cabo una nueva celebración del Día Internacional del trabajo en Chile, con su respectivo acto en Valparaíso. Más allá de la declaraciones Arturo Martínez en Santiago, es decir de sus advertencias al gobierno y sus llamados a preparase a un paro nacional, que lo más probable es que no es haga (en función de las negociaciones a las que ya nos tiene acostumbrados Martínez), en Valparaíso aprecié un problema mucho más grave.

Sí, y es que la existencia de dos actos me pareció un hecho francamente absurdo y bochornoso. Toda la izquierda está clara con el hecho de que con la derrota de la Concertación y la toma del poder político-económico de la derecha, hemos quedado a un segundo plano de una sociedad cuyos medios de comunicación masivos sirven también a la patronal. Como si esto fuera poco, existen serias fracturas y divisiones entre nosotros que hacen bien difícil un diálogo que nos logre poner al frente del debate nacional con ideas y propuestas claras. No quiero entrar en polémicas sobre el fondo de este asunto, que no es cosa mía estudiar, ni resolver, lo que sería un deber de los partidos y movimientos de izquierda, pero si quiero dejar constancia que el actual divisionismo ridículo es algo sumamente grave para nosotros. Seguramente muchos pensaran que la culpa es de unos y de otros, insisto en que las razones bien poco importan si es que hay partidos o movimientos que no tienen voluntad de diálogo que permita, por lo menos, estar en una misma marcha.

Me parece que el triste espectáculo presentado por Valparaíso es una responsabilidad común de toda la izquierda que no ha sabido tomar en cuenta el poder político-económico de la derecha, que parece subestimarla en demasía y que seguramente piensa que producto de sus propios errores se va a derrumbar o algo así. Por que si no ¿cómo se puede explicar que la izquierda este peleándose por figuraciones nimias y la posibilidad de dar discursos encendedidos que no atraen a ni a un 1% de la población porteña? Creo que es importante mencionar la gravedad de este asunto, por que si pretendemos ser una alternativa en las próximas elecciones, estas actitudes no nos llevan a ninguna parte, menos a la victoria electoral. Si no podemos ponernos de acuerdo en un acto, menos en un programa político o una lista electoral.

Finalmente pienso, que sin una mínima capacidad de conversar y verse las caras, parece una tarea imposible reconstruir Chile y ser una alternativa viable de Gobierno para el pueblo, ya que es por medio de este encuentro sincero que se han formado las alianzas populares que están gobernando en otras lugares de de Latinoamérica. Si algunos piensan que las cosas se solucionan con dos actos… creo, sinceramente, que hace tiempo que perdieron la brújula política.


Javier Pardo M.

Director

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